No te confundas, las relaciones tóxicas no siempre se presentan de la misma forma, ni en la misma intensidad, es por eso que resulta muy necesario que aprendas a distinguir cuáles son los tipos de relaciones tóxicas más frecuentes.
A continuación, tienes los cuatro principales tipos de relaciones tóxicas, las conductas que más se distinguen en ellas y en qué círculo se presentan con más frecuencia.
1. Relación de control total
En este tipo de relaciones la persona afectada no tiene ni voz ni voto para tomar decisiones, ni en la vida de la otra persona ni en su propia vida.
Está completamente controlada, no tiene libertades para llevar una vida social “normal”, está impedida de tener amigos, de llamar o escribir a alguien y de vestirse a su gusto.
Generalmente, estas relaciones se presentan entre parejas y, lo más probable es que quien resulte afectada sea la mujer.
Por otro lado, quien ejerce control está lleno de inseguridades, de celos, y de un falso sentido de superioridad que lo lleva a sentirse “el jefe” de la relación.
En estas relaciones suelen existir amenazas, gritos y hasta golpes.
Pero también se pueden presentar dentro de la familia, en casos en donde los padres son extremadamente controladores.
En estas relaciones los hijos son obligados a cumplir las expectativas de sus progenitores, de lo contrario reciben castigos que, en algunos casos, pueden llegar a ser muy severos.
Si te encuentras en esta situación y eres menor de edad, estás en todo tu derecho de pedir ayuda para frenar las agresiones físicas y verbales. Puedes acudir al departamento de psicología de tu colegio y contar lo que te está pasando.
2. Relación de chantajes
En estas relaciones siempre se trata de conseguir algo de ti a cambio de cosas como mantener un “secreto”, evitar alguna represalia, contar con apoyo económico, etc.
Generalmente, este tipo de relaciones pasan desapercibidas para quienes te rodean, probablemente, quien realiza los chantajes sea visto como una persona buena, incapaz de hacerle daño a alguien.
Estás relaciones suelen presentarse con mucha frecuencia en el lugar de trabajo, en el lugar de estudio, entre parejas y en redes sociales.
Por ejemplo, un maestro que te pide favores sexuales para a cambio de buenas notas, un jefe que te acosa a cambio de no echarte del empleo, alguien que te pide dinero a cambio de divulgar fotos íntimas en redes sociales, etc.
Por lo general, estas relaciones no terminan en violencia física, pero sí son extremadamente desgastantes.
Y algo que debes tener presente es que no es necesario que haya sentimientos involucrados en estas relaciones, de hecho, lo más probable es que sientas rechazo por esta persona que, aparentemente, tiene control sobre ti.
3. Relación de violencia
Estas relaciones son las peligrosas, por lo que, si te encuentras en una de ellas debes de salir inmediatamente.
Se caracterizan por utilizar la violencia con bastante frecuencia y, en algunos casos, hasta sin motivo, al inicio puede llegar a ser algo “sutil” como una amenaza, luego eso se transforma en golpes.
Este tipo de relaciones, prácticamente siempre, se presentan entre parejas y, al agresor no le importa si hay hijos de por medio.
Si te encuentras en una de estas relaciones no tomes a la ligera ninguna amenaza y busca ayuda enseguida.
4. Relación de culpa
Son parecidas a las relaciones de chantaje, la diferencia es que en estas relaciones se utiliza la culpa como medio para conseguir algún objetivo o para justificar alguna acción.
En estas relaciones casi nunca hay violencia física, pero sí hay mucha manipulación emocional.
Frases como “tienes la culpa de todo”, “yo puedo hacer esto porque tu hiciste aquello”, “tienes la obligación de hacer aquello” siempre están presentes.
Así, quien las emite trate de victimizarse y de crear en ti sentimientos de culpa que, sin darte cuenta, te llevan a hacer lo que esta persona quiere.
Las relaciones de culpa suelen surgir en el círculo familiar y entre parejas, por ejemplo, hijos que culpan a los padres por su separación y con eso tratan de conseguir que se les complazca en todo.
Debes de tener presente que el desgaste emocional al que someten estas relaciones son muy grandes y terminan produciendo en ti sentimientos sumamente negativos.
Tu autoestima queda por los suelos, es posible que empieces a hacerte daño para liberar el dolor que te hacen sentir por la “culpa” y, en ocasiones, existen tendencias suicidas.
Es probable que, en estas relaciones, quien te hace sentir culpable no lo haga con intención de lastimarte, así que, de ser posible, habla con ella y dile cuánto te está afectando.
Como te puedes dar cuenta, las relaciones tóxicas, nunca serán un ambiente pacífico ni seguro, no te detengas de salir de ellas por miedo a quedarte solo, al que dirán o a la vergüenza, tu felicidad e integridad física y mental siempre serán más valiosas.